Faltan menos de 20 días. En la centenaria Abadía de Westminster, el viernes 29, Guillermo Felipe Arturo Luis (todo en inglés, claro) Windsor, príncipe de Gales, William para los amigos, contraerá matrimonio con una mujer "bien plebeya". También lo era su madre, Diana Spencer, ya que no tenía sangre real, pero al menos era hija de un conde, o sea, pertenecía a la nobleza. Los entretelones del casamiento tienen en vilo a toda la "prensa del corazón" del planeta ? y a una buena parte de la otra.
¿Quién es esta plebeya que se ganó el corazón del príncipe... y el permiso de la reina? Los genes de Kate Middleton revelan una amplia intersección entre la historia y la geografía británicas. Es posible hallar mineros de carbón del norte; a un bisabuelo que estuvo preso (quizás debido a deudas, en 1881); y al fundador de la fortuna de la familia Lupto. Jim Boulden, miembro de la Sociedad Genealógica Histórica de Nueva Inglaterra (NEHGS), rastreó esos antecedentes. También figuran ancestros y parientes colaterales ilustres. De hecho, ella tiene relación de sangre con su futuro esposo, pues son primos en 14º grado (ambos descendientes del rey Eduardo I).
Kate nació el 9 de enero de 1982 y es la mayor de los tres hijos de Michael y Carole Middleton. Ambos trabajaban en una compañía aérea, él como programador de vuelos y ella como azafata, pero en 1987 fundaron una empresa dedicada a la organización de eventos que llamaron "Party Pieces" y se convirtieron en millonarios. Eso permitió a Kate y a sus hermanos el acceso a los mejores colegios y universidades de Inglaterra. Y allí empezó nuestra historia: si la futura reina no hubiera tenido la oportunidad de moverse en estos círculos no habría podido conocer a William. En la Universidad de Saint Andrews, donde compartieron clases de Historia del Arte, nació el romance en 2003 y, aunque sufrió una breve interrupción cuatro años después, el 16 de noviembre pasado se anunció oficialmente el compromiso. Ahora, el final del camino está a la vuelta de la esquina.
El otro camino
Pero como sucede siempre (salvo tras la muerte), el final marca también el comienzo. Una vida complicada le espera a Kate, en especial en el terreno de las comparaciones: que si Diana era aristócrata y Kate es de clase media; que si Diana no acabó sus estudios y Kate se graduó con honores; que si el noviazgo de Diana fue muy breve, contra los casi ocho años del de Kate... "¿Quién quiere que la comparen con su suegra?", se pregunta la exitosa escritora Monica Ali, autora de "Untold Story" (La historia incontada), novela inspirada en la vida de Diana. "Nadie está intentando ocupar el lugar de mi madre", dijo en su momento el príncipe William.
"Pero eso no ha impedido que los comentaristas declaren que las comparaciones son inevitables -retrucó Ali-. Queremos saber qué tipo de princesa nos va a tocar. Al casarse con el segundo al trono está entrando a la vida pública. ¿Qué papel tendrá? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Está equipada para manejar las presiones, que sin duda irán en aumento, para lidiar con los medios? En todas estas consideraciones sólo tenemos un punto de referencia: Diana. No podemos evitar mirar hacia atrás. Queremos sentir que ?ya aprendimos las lecciones? de la vida de Diana y la forma en la que se convirtió en una tragedia. Queremos saber si Kate también lo sabe".